


Adoro sonar con el compás de la música…ver humear la taza con infusión ó café. Adoro ese sector de mi living que encierra mis pensamientos, mis recuerdos, tristezas melancólicas del ayer, del hoy y quizás del mañana.
Si le consultaran a ese sector de mí hogar sobre mí, de seguro hablaría por mí… ¡¡él sabe!!
Adoro ver como el humo del sahumerio engancha las notas musicales y dibuja, caprichoso mientras perfuma alguna idea reflexiva y me empuja al papel, como ahora. Adoro la noche helada con Selene en ciernes, estrellas pintadas y el aroma noctámbulo del rocío.
Adoro querer seguir viviendo a pesar de todo, estar en la cúspide aunque mi descenso sea abrupto al fin…sé que un día haré cima y ahí me quebraré latiendo con mi corazón y mi mente…mis ideas brillarán más entonces y seré yo, como faro, quien contemple sereno el horizonte quieto, ya cansado de hastío, ya feliz de detener el giro…
Adoro que mi vida exista, que mi vida respire, que mi universo sea la música y, como deseé siempre, ¡¡yo el intérprete!!
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