
El día en el que me preguntes ¿Cómo estás? Y aceptes mi respuesta sin interrogarme, sabré que me respetas.
El día en el que compartas mi estado de ánimo en silencio y sólo trates de mitigarme con una caricia en mi espalda, sabré que eres mi amigo.
El día en el que critiques con dulzura mis defectos y festejes mis virtudes, sin adularme, sabré que me estimas.
El día en el que me entregue a ti totalmente y no uses un céntimo de lo hablado, sabré que he perdido el tiempo.
El día en el que descubra que eres ingrato y desconsiderado hacía mi persona, sabré que me has traicionado.
El día en el que nuestras miradas se crucen y, en un minuto, escudriñemos nuestros sentimientos sin hablar, sabré que nos hemos conocido.
El día en el que no sienta avidez por las cosas materiales y sólo me preocupe por enriquecer mi espíritu, sabré que he triunfado.
El día en el que camines a mi lado y el silencio sea igual al ruido, que compartas conmigo todo lo bueno y lo malo, que pelees la existencia palmo a palmo conmigo, que iluminemos nuestros pasos con sonrisas, que nada pueda perturbar nuestra paz, que tu dolor sea el mío y el mío el tuyo…sabré que me has amado.
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